Un cambio en la matriz productiva
Si bien la minería no es algo nuevo para nuestro país ya que existe desde la época colonial, las grandes inversiones en esta materia sí lo son. Esto nos hace repensar el uso de la tierra y la diversificación de nuestra matriz productiva.
En cuanto a Aratiri, la totalidad del complejo minero abarcará unas 13 mil hectáreas, de las cuales 6.210 formarán el denominado ‘distrito minero’ que corresponden a 148 padrones, que pertenecen a 76 propietarios, 74 de los cuales ya han acordado con la empresa . En la actualidad el tipo de explotación minera más extendido y más común en Uruguay es el de la minería a cielo abierto, prácticamente no hay minería subterránea en nuestro país, como sí la hay en Chile –principalmente- u otros países de la región, debido a las características del relieve y el tipo de yacimientos. Ejemplos de minería a cielo abierto podemos encontrar en varios rincones de nuestro país: la minería de oro en Minas de Corrales (Rivera), las canteras de caliza y dolomía cercanas a Minas (Lavalleja) –no por casualidad éstas dos localidades poseen esos nombres-, diversas canteras de arena, granito y mármol; de piedra laja (Maldonado y Lavalleja) y de ágatas y amatistas (en Artigas), por mencionar algunas.
Sobre este tipo de explotación hasta hace algunos años poco se hablaba, esto cambió radicalmente con la instalación del Proyecto Valentines por la empresa Aratirí, perteneciente al grupo trasnacional Zamín Ferrous, de capitales indios, gracias al contexto internacional favorable para la explotación de hierro, debido a la alta demanda –sobre todo de China- y la escalada de precios de este metal –pasando de 14 dólares la tonelada en 2004 a 178 en mayo de éste año-. Este grupo posee desde sus inicios, dos proyectos de explotación minera –ambos de minerales ferríferos-: el Proyecto Greystone en el estado brasilero de Bahía y el Proyecto Valentines.
El conocimiento de la existencia de yacimientos de minerales de hierro en nuestro país data de mediados del siglo pasado. Concretamente el yacimiento de Valentines, según un estudio de científicos uruguayos en conjunto con las Naciones Unidas del año 1976, lo estimaba en 66 millones de toneladas. En la actualidad según los estudios desarrollados por los profesionales de la empresa –en su gran mayoría uruguayos- existen unas 1400 millones de toneladas de concentrado de hierro –con un 70% de hierro–. Estos yacimientos poseen rocas ricas en magnetita (óxido de hierro) –entre 25 y 28%–, un mineral ferrimagnético, con lo cual no es necesario un tratamiento químico de la roca para su obtención –todo lo contrario a la explotación de oro en Rivera, en donde se utiliza cianuro-, sino que el tratamiento es puramente físico, trituración de la roca y separación del mineral de hierro mediante un electroimán.El estado uruguayo no posee los recursos para una inversión de estas características –unos 2 mil millones de dólares-, y hay poco conocimiento en explotación de minas de esta magnitud, si bien el proyecto Aratirí no debe ser considerado como “mega minería”, desde el punto de vista técnico minero. Además, el país no posee yacimientos de carbón que le permitan desarrollar una industria siderúrgica para fabricación de acero y otros componentes, y generar un valor agregado a la materia prima que se va a exportar. Quizás esto pueda concretarse en un futuro.
Aún así, dicha inversión va a generar unos 1700 millones de dólares anuales por exportación de concentrado de hierro, de los cuales quedarían 400 millones de dólares anuales para el país, aparte del correspondiente al canon minero, 3% para el Estado y 2% para el superficiario, con el nuevo código de minería.
Es de destacar que la minería de metales en Uruguay es posible tan sólo en ciertas regiones del país, concentradas principalmente en el centro-sur y centro-este, y en menor medida en zonas del noreste de nuestro país. Estas áreas son, en términos geológicos, las más antiguas, y están formadas por rocas “duras”, las cuales no poseen reservas de agua en forma de acuíferos (agua subterránea), contrario a otras regiones del Uruguay -como al norte y noroeste- donde se encuentra el Acuífero Guaraní.
El proyecto supone un gran cambio para la gente del lugar, tanto en la pequeña localidad de Valentines (con unos 100 habitantes, según censo de 2004) -Departamento de Treinta y Tres, en el límite con Florida-, como la ciudad de Cerro Chato (con 3200 habitantes), en la triple frontera de Treinta y Tres, Durazno y Florida. En estas zonas, sobre todo en el medio rural, las posibilidades laborales no son muchas, se está fomentando el retorno a la zona y la igualdad de género en el acceso al trabajo. El emprendimiento generaría de forma directa 400 puestos de trabajo en la etapa inicial, 3 mil a 4 mil durante la construcción y 1500 durante la operación; en esta etapa se sumarían 5 mil trabajadores de forma indirecta.
Esta zona rocosa, de ganadería extensiva, es la menos productiva del país y a la vez, la de menor densidad de población. Allí la principal actividad es la ganadería extensiva, la cual genera la existencia de tres mil hectáreas atendidas con tres peones.
También estas condiciones productivas, se reflejan en las relaciones de producción: el peón rural está solo y débil frente a su empleador.
La situación ha comenzado a cambiar con la puesta en marcha del proyecto. Se formó un sindicato -afiliado al UNTMRA- que ha elevado ya ciertos reclamos a la empresa, los cuales han sido atendidos o al menos negociados. Anteriormente el salario de estos trabajadores rondaba los 5 mil pesos –si bien la inmensa mayoría eran desocupados o poseían trabajo irregular-, hoy en día el salario mínimo en la empresa es de unos 16 mil pesos, con jornadas laborales de ocho horas, más horas extras pagas y media hora para descanso y alimentación. Está también amparada la familia del trabajador, dentro de los acuerdos fijados por ambas partes, además de diversos beneficios sociales.
Actualmente el proyecto se encuentra en la fase terminal de exploración, que es el estudio de factibilidad –es decir, si el proyecto es rentable financieramente para la empresa-, antes de comenzar las obras de infraestructura proyectadas para el año 2012. De prosperar la iniciativa, el comienzo de la explotación minera comenzaría en el 2013. Se proyectan unos veinte años de explotación, esto podría extenderse según el tamaño de las reservas y la coyuntura.
Antes de comenzar la explotación, debe recibir la aprobación del estado uruguayo, más concretamente de los organismos encargados para dicho fin: la Dirección Nacional de Minería y Geología (DINAMIGE) y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA). Como en todo proyecto, la empresa es la encargada de elaborar el estudio de impacto ambiental y el proyecto minero –documentos de acceso público-, estas direcciones pueden aceptarlo, devolverlo para que se le realicen modificaciones o rechazarlo, en ese caso se le impediría a la empresa continuar con el proyecto. Semanas atrás, la DINAMA le devolvió el informe de impacto ambiental a la empresa por temas formales y de contenido, con lo cual Aratirí deberá presentar en los próximos meses el informe según los requerimientos de dicha dirección.
Es importante destacar que el nuevo código de minería –a ser aprobado por la Cámara de Diputados- establece que para grandes proyectos, la DINAMA debe hacer un seguimiento del mismo y otorgar anualmente un permiso que le permita seguir adelante al proyecto, de lo contrario las actividades se verían paralizadas y podría no admitir la continuación del mismo. A su vez, para estos grandes proyectos se establece que deberá crearse una comisión especial de seguimiento.
La totalidad del complejo minero abarcará unas 13 mil hectáreas, de las cuales 6.210 formarán el denominado ‘distrito minero’ que corresponden a 148 padrones, que pertenecen a 76 propietarios, 74 de los cuales ya han acordado con la empresa .
El distrito minero estará ubicado en los departamentos de Durazno, Florida y Treinta y Tres, contará con cinco minas -en las zonas denominadas: Las Palmas, Maidana, Morochos, Mulero y Uría.-, de las cuales hasta tres estarán en funcionamiento simultáneo. La mayor cantera será la de La Palmas –en Durazno- y estará continuamente en explotación, las otras se irán abriendo de forma sucesiva y están en el entorno de Valentines. Las llamadas ‘bocas de mina’ –el área de donde se va a extraer la roca- abarcarían unas 671 hectáreas.
Las obras de infraestructura necesaria para llevar adelante el proyecto son diversas. La empresa planea construir: una presa de relave –de unas 2.430 hectáreas- para captar agua de lluvia, un tanque de relave para depositar el estéril (la roca que se descarta), un “molino” para la trituración de la roca, un mineroducto –para transportar el concentrado de hierro mediante agua-, un acueducto –para el agua que retorna en un circuito cerrado-, una terminal portuaria por donde se exportará el material. Además de importantes obras en caminería y líneas de alta tensión, ya que UTE es el encargado del suministro energético. A su vez, la empresa planea construir mil viviendas para los trabajadores.
En cuanto al mineroducto y acueducto, ambos tendrían unos 62.5 centímetros de diámetro y un largo de 212 kilómetros –desde el distrito minero hasta el puerto-, estarán enterrados entre 80 centímetros y un metro, con lo cual no afectaría la actividad pecuaria, pero sí estaría prohibido construir o forestar en una faja de 35 a 40 metros de donde están enterrados. Su recorrido iría de la zona de mayor pendiente de terreno a la de menor, y atravesaría la zona con menor densidad de palmares en Rocha. Dichos ductos serán acompañados por cables de fibra óptica –que podrán ser utilizados por ANTEL-, para monitoreo de posibles fugas, con lo cual el sistema se detendría .Vale aclarar que la existencia de fugas no supone riesgos para el ambiente ya que el hierro no es un metal tóxico , forma parte de nuestra sangre, por ejemplo.
La terminal portuaria estaría ubicada en la zona de La Angostura, entre la costa Atlántica y la Laguna Negra, cerca del balneario rochense de La Esmeralda, en un predio de 250 hectáreas que actualmente pertenece al Ministerio de Defensa Nacional. Sería similar a la de Nueva Palmira en donde los barcos de mayor calado –mayores a 20 metros- no llegan a la costa, con lo cual se planea construir una cinta transportadora de 2.5 kilómetros, sobre pilares –un muelle- que pasarían por encima de las dunas y de las aguas costeras. Es importante destacar que esta terminal portuaria sería de uso exclusivo para esta actividad, y nada tiene que ver con el puerto de aguas profundas de La Paloma.
En cuanto al uso del agua, el balance hídrico en varios años de escasez de lluvia, sería de un déficit de 1.1 millones de metros cúbicos en el año –la misma cantidad que utilizan 90 hectáreas de arroz (sólo en Treinta y Tres existen plantadas 50 mil hectáreas de arroz), mientras que en años lluviosos el excedente sería de entre 5 a 6 millones de metros cúbicos.
Es claro que el mayor impacto ambiental va a ser el generado por la afectación del paisaje. Varios son los ejemplos de canteras abandonadas a lo largo y ancho del país, uno de ellos es el de las canteras de granito de La Paz , en el departamento de Canelones, que luego de abandonadas se han transformado en una especie de lagos artificiales, donde, lamentablemente, existen varios casos de niños que han fallecido en sus aguas. Sin embargo, alrededor del mundo son varios los parques que se han hecho en viejas canteras y minas en desuso, como ser el Parque Nacional Peña Cabarga en Cantabria (España). Éste es el primer proyecto en el cual se tiene en cuenta qué es lo que va a pasar después. Está en manos de la sociedad uruguaya decidir qué se quiere en la zona luego de finalizada la extracción. Esperemos que de ahora en más cambie la realidad post-minera en Uruguay.
El gran desafío al que nos enfrentamos como país es la inserción de la minería en nuestra matriz productiva. No como contraparte a otras formas de producción, sino como complemento a las ya existentes. Logrando diversificar las fuentes de producción disminuimos el riesgo frente a los ciclos económicos de crisis y crecimiento, generamos más y mejores puestos de trabajo para nuestro pueblo, aportamos a la modernización, al país productivo y a la soberanía del país.
Al fin de cuentas los recursos naturales del país son de todos los uruguayos, y deben ser utilizados de manera sustentable para generar más oportunidades a nuestra sociedad y desarrollo para nuestro país. Además, es imposible prescindir del hierro en un país dónde todo “lo atamos con alambre”
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