Pensemos a lo grande.
El problema del consumo de pasta base.
Durante estos últimos días el debate se ha colocado, en el interés y la preocupación por varios actores de la sociedad, y fundamentalmente por algunos legisladores el tratar el tema de las adicciones, entiéndase drogas, o más específicamente pasta base consumo este que generalmente lo sufren los jóvenes, hecho que se ha convertido en un flagelo de la sociedad.
El abordaje del tema y la creación en estos días de una Comisión Especial en Parlamento, nos obliga a pensar si esta es la mejor forma para el tratamiento del mismo.
Sin lugar a dudas que el tema se dispara porque el propio Presidente Mujica lo ha colocado sobre la mesa, con sus formas, con su estilo pero lo transforma en una discusión necesaria de darla en todos los ámbitos.
Sin lugar a dudas que el tema se dispara porque el propio Presidente Mujica lo ha colocado sobre la mesa, con sus formas, con su estilo pero lo transforma en una discusión necesaria de darla en todos los ámbitos.
El problema del consumo de pasta base por adolescentes debe de pasar a ser una responsabilidad de estado, por sus consecuencias físicas y síquicas en que transforma al consumidor, y por los efectos sociales y familiares que ocasiona a aquellos que están inmersos en esta situación.
Buscar el origen, de la aparición de esta droga nos llevaría a perder un tiempo precioso que debe volcarse en la búsqueda de soluciones, que coloquen el problema en su justo término, y que veamos que antes que cualquier Ley que reprima, y que ponga en las manos de los jueces las soluciones que no somos capaces de buscar hombres y mujeres de toda la sociedad, nos pone en riesgo los resultados que queramos alcanzar en forma mediata.
Es imposible hablar de estos temas sin pensar que debemos trabajar rápidamente en la prevención, y para prevenir debemos incluir miradas integrales sobre el abordaje de la situación, es decir equipos multidisciplinarios que trabajen en los primeros años de la edad escolar, para que se aprenda a dar los elementos necesarios sobre un tema que es de índole netamente de información y formación .
No es a través del miedo, y de la pérdida de derechos o libertades, o cercenando la posibilidad de elegir nuestra forma de cómo vivir, es tan solo poner sobe el aula practicas pedagógicas que desarrollen en libertad al ser humano sin miedos y sin complejos, tan solo que aprendan a ser libres.
Si hay algo que me enseñaron mis alumnos en épocas que daba clase, era que ellos iban a local escolar porque allí se sentían más libres, y menos agobiados por las responsabilidades que debían asumir a pronta edad en sus hogares, donde muchos de ellos debían de cuidar a sus hermanos mas chiquitos, o salir a cumplir el rol de padres con apenas 12 o 13 años, dejaban de ser niños o adolescentes para convivir en la calle cuando aun sus códigos de vida eran otros: jugar, reírse, tener amigos, ir al club, jugar al fútbol etc. etc. etc. todo lo que no les estaba permitido, hacer en su casa, los hicimos "grandes" sin permiso de ellos, y eso es un problema.
Tan grandes los hicimos, que en países lejanos empuñan un arma o una metralleta para salir a pelear en una guerra, no hubo tiempos de muñecas, camioncitos o cometas, no hubo tiempo de un abrazo o una picadita en la esquina del barrio.
Combatimos la pasta base, no le damos a la lata, los castigamos y los enceramos pero que hacemos nosotros para cambiar las bases fundamentales de lo que no tuvieron, cuántos de los adultos son responsables de estos hechos, aunque muy lentamente se están buscando tímidas salidas para combatir aquellos que colocan en el mercado una droga tan peligrosa como la muerte, el joven que la consume en definitiva es el ultimo eslabón de una complicada cadena.
Asumamos la responsabilidad de romper esa cadena, de buscar la posibilidad de invertir más educación, de formar maestros y docentes para el abordaje de estas situaciones, la creación de más escuelas de tiempo completo donde el tiempo de ocio este presente, para la liberación intelectual de nuestros jóvenes, no agrandemos las celdas, agrandemos las aulas, para las nuevas generaciones, y para las actuales busquemos salidas intermedias, que no solo los hogares que tienen posibilidades económicas sean los que puedan tratar a sus hijos para que dejen de consumir, y solo vemos por televisión en las crónicas rojas de los hijos de los hogares más carenciados, que a su vez cometen delitos para saciar su adicción.
Pongamos todos los temas sobre la mesa, la violencia también es producto de patrones que hay hoy en la sociedad y en la propia familia, es cierto, pero si bien las mujeres sufren violencia domestica no es menos cierto y no se dan cifras de que las mujeres son también las que más violencia ejercen sobre sus hijos menores, y ese también es un eslabón de la cadena, como lo es el padre que no asume su paternidad en forma responsable.
Cuando legislemos, legislemos por favor en prevención, en inversión, en formación, en educación, en más viviendas, y en mas amor y dedicación a nuestros niños y jóvenes.
Pensemos a lo grande, como el tema se lo merece.
Pensemos a lo grande, como el tema se lo merece.
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